William Taylor

El gran misionero paulino fundador de la Iglesia Metodista en Chile[1]

El 16 de octubre de 1877 partía desde Nueva York el gran misionero metodista William Taylor, quien junto a su hermano Archibald se dirigían a la costa del Pacífico sudamericano con la finalidad de instaurar la Iglesia Metodista en Perú y Chile, como una misión de autosostenimiento, sin el apoyo oficial de la Iglesia Metodista estadounidense, sólo contando cómo apoyo moral, una carta de recomendación a título personal, del presidente de los Estados Unidos, Rutherford Hayes. En los calurosos meses del verano chileno de 1878, Taylor visitó los puertos y ciudades chilenas en donde había presencia de residentes angloparlantes, bajando de norte a sur, desde Copiapó hasta Talcahuano, pasando por Coquimbo y Valparaíso.

Taylor, además visitó Santiago, en donde se entrevistó con el presidente Aníbal Pinto y el ministro de Justicia e Instrucción Pública, Miguel Luís Amunátegui, a quienes presentó su proyecto misionero, que incluía la creación de colegios, con el fin de lograr financiar con ellos a las iglesias locales; Pinto y Amunátegui estuvieron de acuerdo en darle su apoyo en la fundación de colegios ingleses en las ciudades del país.

Taylor había nacido en el seno de una familia acomodada de antigua tradición presbiteriana estadounidense, en Virginia el 2 de mayo de 1821. Cuando tenía siete años de edad, su padre se convierte al metodismo, y con él toda su familia; en 1841 se incorporó a la Conferencia de la Iglesia Metodista de Baltimore, en donde es ordenado como pastor metodista, y el 21 de octubre de 1846 contrajo matrimonio con Ann Kimerlin Isabelle.

En el año 1848 es enviado cómo zapador[2] a California, para abrir ese antiguo territorio mexicano recién incorporado a la soberanía estadounidense, a la obra metodista; fue tal su éxito allí, particularmente en San Francisco, en plena fiebre del oro, que recibió el apodo que de “California Taylor”. En este viaje que realizó por mar, vía Cabo de Hornos, Taylor reposó tres días en Valparaíso, en donde conoció al reverendo David Trumbull.

Es en San Francisco, donde Taylor se demostró cómo gran misionero, predicador y organizador de iglesias, que lo llevó a radicalizar sus esfuerzos misioneros, iniciando allí sus viajes por todos los continentes del mundo, con la excepción de la Antártica; con gran éxito en todos ellos, fundando y organizando la obra metodista. Fue en la India en donde Taylor implantó su modelo misionero paulino de autosostén para los pastores, con tal éxito que lo motivó a aplicar este mismo modelo en Sudamérica.

Después de su viaje a Sudamérica, William Taylor regresó a Nueva York, en donde emprendió la tarea de enrolar a dieciocho misioneros, doce pastores y seis profesoras, con el fin de enviarlos a Panamá, Perú y Chile, esperando allí además que le llegaran los fondos prometidos por los comités recolectores, que había formado en las ciudades que recibirían a los misioneros; pero no todos ellos cumplieron con este compromiso, como fue el caso de la ciudad de Concepción; pero a pesar de ello, Taylor siguió adelante con su proyecto, así en 1878 envió al país el primer contingente de misioneros que comenzaron la obra pastoral y educacional metodista en Chile. Entre los misioneros metodistas que llegaron al país se destacaron Ira Haynes La Fetra, quien se convirtió en el gran líder y organizador de la misión Taylor en Chile y Willis Collins Hoover Kurk que llegó unos años más tarde, quien se transformó en el carismático padre y líder del pentecostalismo chileno.

Los misioneros de la Misión Taylor aceptaron participar en este proyecto misionero de autosostenimiento, sin el apoyo oficial de su iglesia, y por lo tanto sin el soporte económico necesario para llevar a cabo su misión; demostrando con ello una fe mayúscula, con coraje, arriesgándolo todo, al dejar la comodidad de su hogar y venir a un territorio religiosamente hostil, con otro idioma y económicamente más subdesarrollado, sólo confiando en Dios y en las promesas de comités compuesto por gente desconocida, con el sólo propósito de traer a Chile el Evangelio bíblico, primero en inglés, para después iniciar la predicación en castellano; pese a las grandes dificultades, particularmente en el norte del país, pues al año de haber llegado, estalló la guerra entre Chile y sus vecinos del norte, Perú y Bolivia, lo que hizo fracasar la labor misionera en la región en disputa; pero se tuvo éxito desde Valparaíso hasta Concepción, incluyendo la capital.

El desarrollo logrado en el norte chico, las grandes urbes del centro del país y en la recién conquistada Araucanía, de debió, entre otras razones, a la incorporación de grandes predicadores y pastores de origen español residentes en Chile, cómo lo eran el gran Juan Canut de Bon, José Torregrosa y Indalecio Romero. Este desarrollo tuvo un respaldo económico parcial de parte de los colegios de Santiago, Concepción e Iquique, al tener estos superávit; y también hasta 1893, de la sociedad de fondos de Tránsito y Construcciones, entidad formada por un grupo de amigos de William Taylor para ayudar con gastos de viaje y de infraestructura para la obra, cuando Taylor fue elegido Obispo para África por la Conferencia General.

La Misión Taylor de sostén propio no tenía conexión orgánica con la Iglesia Metodista Episcopal, a pesar de considerarse a sí misma como parte de esa Iglesia. Pero en 1889, John M. Walden, Obispo Presidente de la Conferencia Anual de Cincinatti, Estados Unidos, visitó la obra de la Misión, con el resultado que esa conferencia en 1890 incorporó toda la obra e iglesias de idioma inglés y español, y escuelas, como el Distrito de Chile de esa Conferencia, dándole así legitimidad como Iglesia Metodista Episcopal, y autorizando la ordenación de Canut de Bon y otros pastores. Pero el Obispo Walden no pretendió poner la obra bajo su dirección personal, ni fue esta acogida de inmediato por la Sociedad Misionera por su carácter de Misión de sostén propio.

En 1893, el Distrito de Chile, fue transferido por acción de la Conferencia General a la recién creada Conferencia Anual Sudamericana y puesta bajo la supervisión directa del Obispo designado por ella para presidir la nueva Conferencia. El crecimiento de la Iglesia siguió adelante, y en 1898 el Distrito de Chile, junto con la pequeña obra iniciada en Perú y Bolivia, fue reconocido por la Conferencia General como la Conferencia Misionera Sudamericana Occidental.

En 1896 William Taylor, el gigante misionero metodista del siglo XIX, fue relevado de su trabajo misionero y de sus actividades. Durante su trabajo alcanzó el honor de ser consagrado con el grado de Obispo para África durante unos 12 años. Taylor falleció el 18 de mayo de 1902 a los 81 años de edad. Fue sepultado en California, siendo reconocido como uno de los pastores y misioneros más grandes en toda la historia de la Iglesia Metodista.

Autor: Juan Ortíz Retamal

[1] Fuentes: http://www.iglesiasevangelicas.cl/index.php/cultura-evangelica/biografias-2/78-william-taylor, consultada el 16 de junio de 2014. Valenzuela A. Raimundo; Historia de la Iglesia Metodista de Chile 1878-1903; Santiago, Chile, 2000; pp. 11-59.

[2] “Soldado perteneciente o encuadrado en unidades básicas del arma de ingenieros”. En Diccionario de la Real Academia Española. 2001. http://lema.rae.es/drae/

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