Victor Korner Anwandter
Destacado Médico y primer parlamentario luterano
Nació en Valdivia, en septiembre del año 1856; hijo de Teodoro Körner y Clara Anwandter. Se casó en 1882 con Sofía Anwandter Köhler. Estudió en el Liceo de Valdivia y en el Instituto Nacional de Santiago. En 1879 era bachiller en Medicina en la Universidad de Chile e interrumpió sus estudios para ingresar al servicio de Sanidad del Ejército con motivo de la Guerra del Pacífico. Actuó como cirujano 2° del Ejército Expedicionario en las dos primeras campañas contra el Perú, 1879-1880. Se tituló de médico cirujano el 9 de mayo de 1881.
Recién recibido se fue a Europa, donde permaneció tres años; estuvo en universidades de Austria, Alemania, Francia e Inglaterra; estudió ginecología, entre los años 1881 y 1883.
Se dedicó al ejercicio de su profesión propiamente tal y también en la función administrativa. Fue administrador del Hospital Barros Luco; estuvo a cargo de la sala B del Hospital San Vicente de Paul en 1901, y por último, fue médico del Hospital San Francisco de Borja. En los años 1902 y 1906, asistió como delegado de Chile a los Congresos Médicos celebrados en Buenos Aires. Fue comisionado a Europa para estudiar la organización de los hospitales, marzo de 1896 y para conocer los adelantos de laradiología, en el año 1914.
En el área de la educación, integró la comisión examinadora de alemán en los colegios particulares, 15 de marzo de 1878 y fue miembro de la comisión superior de Instrucción Pública, 14 de enero de 1884. En 1886 fue profesor interino de Ginecología y en 1892 titular de esta misma cátedra en la Facultad deMedicina de la Universidad de Chile, que sirvió por espacio de 30 años, hasta 1922, fecha en que se retiró de las actividades docentes.
Fue un destacado miembro integrante del partido Liberal.
A la Cámara de Diputados ingresó electo como diputado suplente por Valdivia, período 1885-1888, siendo reelecto diputado, pero propietario, por el periodo 1888-1891.1
Victor Korner fue miembro activo de la Iglesia Evangélica Luterana. A diferencia de los evangélicos chilenos, que habían adoptado las concepciones teológicas de Calvino, los luteranos habían permanecido fieles a los postulados que Lutero había enseñado en el siglo XVI. Y entre estos postulados, se encontraba la sujeción de la Iglesia al Estado, en donde el derecho a rebelarse en contra de los malos gobiernos quedaba excluido. Este principio doctrinal, influyó profundamente en la actitud que adoptaron los luteranos frente al conflicto entre el Presidente de la República y el Congreso Nacional. Igualmente, hacia 1891 no era clara la preponderancia del Partido Radical de tendencia más laica e irreligiosa dentro de los colonos, habiendo en cambio, un alto porcentaje de liberales entre ellos; muchos de los cuales apoyaron la gestión de Balmaceda. En este apoyo sin duda que pesó el hecho de que se sintieron beneficiados en las obras públicas que había emprendido el Gobierno en el sur del país, así como el nuevo impulso dado por él a la inmigración europea, con lo que se esperaba que se produciría un mayor crecimiento económico en las provincias del sur.
Al estallar el conflicto armado, los luteranos en forma mayoritaria se pondrán de lado del gobierno establecido, y los que no adoptaron esta opción se mantuvieron neutrales a lo largo de él, en este sentido, la actitud del Diputado Korner, al no firmar el acta de deposición del Presidente de la República, representaba muy bien la actitud de sus correligionarios.
Esta actitud oficialista de los colonos, les costó los reproches y presiones por parte del nuevo gobierno, e incluso de los evangélicos de la zona central. Con ocasión de haber aparecido en artículo en el periódico valdiviano Deutsche Zeitung, en el que se informaba que miembros del ejército del Congreso, habían participado en los saqueos que asolaron la capital después de la dimisión de Balmaceda, El Heraldo Evangélico, órgano oficial de la Iglesia Presbiteriana, le contradijo defendiendo a las fuerzas del Congreso, afirmando que ellas no habían participado en estos saqueos, y tildando de dictatorial a ese periódico; lo que demuestra en forma gráfica las distintas posiciones tomadas por los miembros de la Iglesia Evangélica Chilena y los de la Iglesia Luterana, en la Guerra Civil de 1891.
Su carrera política continúo en el siglo XX dentro del Partido Liberal, siendo electo senador por la Octava Agrupación Provincial “Arauco, Malleco y Cautín”, por el periodo 1926-1930. Fue senador reemplazante en la Comisión Permanente de Relaciones Exteriores; en la de Educación Pública; en la de Hacienda, Comercio y Empréstitos Municipales y en la de Higiene y Asistencia Pública. Reelegido senador por la misma Agrupación, periodo 1930-1938; integró la Comisión Permanente de Higiene y Asistencia Pública. El movimiento revolucionario que estalló el 4 de junio de 1932, decretó, el día 6, la disolución de este Congreso.
Paralelamente a su carrera política mantuvo una destacada carrera profesional, siendo autor de algunos estudios en su especialidad, como “Exploración de la Mujer”, trabajo con el cual ingresó a la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales de la Universidad de Chile; publicado también, en los Anales de la Universidad, 1883. Cooperó al progreso científico con artículos en la “Revista Médica”, y en la prensa en general. En homenaje a sus ascendientes germánicos publicó el libro “Los alemanes en Chile”, en 1910; un acabado estudio sobre la “Influencia alemana en el desarrollo de la medicina en Chile”.
En 1919, la Facultad de Medicina de la Universidad lo designó, junto con el doctor Alejandro del Río, para formar parte del tribunal deontológico, encargado de velar por el fiel cumplimiento de los deberes médicos.
Fue presidente de la Sociedad El Progreso Médico, 1901; miembro de la Sociedad Médica de Santiago, y su presidente entre los años 1902 a 1906. Director y luego presidente del Patrocinio Nacional de la Infancia, 1922; primer miembro honorario de la Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia, 1939; socio de la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA.; miembro académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Le dieron medallas conmemorativas por su actuación en las campañas militares contra el Perú. Durante los últimos años de su vida fue alcalde de Calle Larga. Dejó de existir en Santiago, el 13 de agosto de 1946.2
Escrito por: J. Ortíz Retamal