Graciela Contreras Barrenechea

La Evangélica primera alcaldesa de Santiago

Nació en 1895, nieta de Don Francisco de Paula Barrenechea y prima del poeta Julio Barrenechea. Casada en el 1923 con el ex dirigente de la FECH, el médico y fundador del Partido Socialista, Oscar Schnake Vergara. Militó activamente en el PS desde el momento de su fundación en el año 1933. El Presidente Pedro Aguirre Cerda la designó cómo Alcaldesa de Santiago, para los años 1939-1940.

Fue la primera mujer que gobernó una municipalidad capital de un país en Sudamérica. Realizó una notable obra de adelanto urbano  y promoción social.

De su matrimonio con Oscar Schnake nacieron sus dos hijos. Este matrimonio no prosperaría y, de común acuerdo, después se separarían. Más adelante, Oscar conoció a la joven Giliana Balmaceda Provasoli, con quien estabilizó su vida sentimental y se casó en segundas nupcias.

Oscar Schnake se desempeñó como Ministro de Fomento durante los gobiernos de Pedro Aguirre Cerda y Manuel Antonio Ríos. Al que hizo dejación luego de haberse creado en 1942, precisamente a iniciativa suya, del Ministerio de Economía. Y al año siguiente, el gobierno del presidente Ríos lo nombraría embajador, primero acreditado en Francia, y luego en México.

Su designación cómo alcaldesa de Santiago, se enmarca dentro de la Acción de Mujeres Socialistas, que nació y se desarrolló en los años treinta del siglo XX. Los nombres de las dirigentes se repiten por casi un decenio: María Montalva, Blanca Flores, la escritora feminista Felisa Vergara, la ingeniera Violeta de la Cruz, la argentina, profesora de filosofía, Leontina Barranco.  

La revista socialista argentina “Vida Femenina”, N° 66, del 15 de Enero de 1939, saludaba desde Buenos Aires la elección de la primera mujer alcaldesa de Santiago, con las siguientes palabras:

Antes de asumir la presidencia de su país, después del hermoso y legítimo triunfo del Frente Popular, Aguirre Cerda, el nuevo presidente de Chile, se manifestó francamente partidario de otorgar a la mujer los derechos políticos.

Habló como no suelen hacerlo los hombres políticos: con claridad y franqueza y dijo que debiendo el gobierno del Frente Popular defender la libertad y la democracia, uno de sus primeros pasos debía ser el derecho de la mujer a emanciparse de la “dictadura masculina” (son éstas sus propias palabras).

Por otra parte, hace algún tiempo las mujeres gozan en Chile del voto en los comicios municipales, aunque con ciertas limitaciones y tienen en la vida política del país hermano una activa participación.

 

El Partido Socialista Chileno, cuya intervención fue decisiva en la pasada lucha electoral, constituirá sin duda alguna el núcleo orientador en cuanto a ideas claras y firmes propósitos sociales, e impedirá que la nueva política chilena caiga dentro de las huellas tradicionales.

Las mujeres han participado con entusiasmo y decisión en toda esta campaña y se han incorporado al movimiento socialista con todo entusiasmo.

 

Premio a esta acción inteligente, a esta nueva y amplia actividad social es la elección de Graciela Contreras Schnake al alto y honroso cargo de alcaldesa de Santiago, la hermosa capital del país hermano.

 

Aun cuando no sea la primera mujer elegida en Chile para ese cargo, en ningún caso ha alcanzado el relieve y la significación de éste.

Si mal no recordamos, es el primer caso en el mundo en que una mujer tiene a su cargo la tarea tan importante en la capital de su país.

Inspirada por las ideas socialistas y dirigida por la honestidad y rectitud dé procederes que’ son inherentes a nuestros principios, no dudamos de que la nueva alcaldesa ha de realizar una labor brillante y fecunda.

Será así para todas las mujeres de América un ejemplo y un estímulo y comprenderán éstas que su intervención en la política es cada vez más necesaria y que deben prepararse para esta tarea resueltamente, sin temores pero también sin vanidades ni ambiciones perturbadoras.

Apenas tuvimos en Buenos Aires noticias del grato acontecimiento, fue enviado en nombre de las mujeres socialistas argentinas el siguiente telegrama de felicitación: “Las mujeres socialistas de la República Argentina le envían su cordial saludo, felicitando a las mujeres chilenas por el hermoso triunfo.”

Fue contestado por nuestra compañera señora de Schnake en loa siguientes términos:

“En nombre de las mujeres socialistas chilenas agradezco sinceramente las felicitaciones de las camaradas argentinas. Espero que la eficiente acción nuestra reafirme las reivindicaciones femeninas. — Graciela Schnake, Alcaldesa de Santiago.”

Fue miembro de la Primera Iglesia Metodista Episcopal de Santiago, pastoreada entonces por el futuro obispo metodista, Pedro Zottele.

A comienzos de la década de 1940, Graciela y Oscar sufren el gran drama de sus vidas, cuando uno de sus hijos, que vivía en el mismo edificio, en un ataque de locura asesinó a su esposa, lo que lo llevó a la cárcel, y a su padre Oscar le provocó un ataque que por un tiempo lo dejó paralizado.

 Falleció en el año 1974.

Escrito por: J. Ortíz Retamal

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