Pedro Zottele Clark

El restaurador de la Iglesia Metodista Episcopal

Pedro Zottele (1903-1988) era hijo de un inmigrante ítalo-austriaco del Tirol del Trento, que llegó a Iquique y de una chilena hija de un ingeniero escocés que trabajaba en el ferrocarril de las salitreras; estudió en el colegio metodista de Iquique, el Iquique English Collage, en el año 1924 se trasladó a Santiago como empleado de las juntas de las Escuelas Dominicales de la Iglesia Metodista, congregándose en la Primera Iglesia.1 Es interesante su relato de la impresión que vivió al integrarse a esta congregación, que después de quince años aún no lograba reponerse del trauma de la secesión pentecostal de 1909:

“… Eran tiempos muy difíciles para las congregaciones metodistas ya que el movimiento pentecostal se los llevó casi a todos. No dejó a nadie o a muy pocos en algunas iglesias. Sólo había desolación y nada más. Fueron años difíciles para nosotros de la Iglesia Metodista y también para los que salieron en el movimiento pentecostal. Estos hermanos no tenían donde reunirse, así que lo hacían en sus casas. Esta familia se reunía con aquella, etc. Y así fueron creciendo.”2

 

En el año 1929 Zottele se casa con una hija del pastor Roberto Elphick, en ese momento pastor de la Primera Iglesia de Santiago, y al año siguiente, es llamado para colaborar en la reconstrucción de la congregación de la Segunda Iglesia, que casi había desaparecido con la separación del pastor Báez, quedando apenas una decena de miembros. La Iglesia quedaba localizada en el popular barrio Matadero, en la calle Sargento Aldea. Con la ayuda de su esposa que era profesora, de los misioneros que estaban a cargo de la Institución Sweet, y de los pocos hermanos que quedaban, más María Aguirre, alumna de esa institución de educación religiosa femenina de la Iglesia Metodista, se dio a la tarea de reconstituir la Iglesia, echando mano a los principios del evangelio social metodista, cuyo credo ponía el acento en el servicio a las personas y cuyos principios los había aprendido en su estadía en los Estados Unidos en el año 1928.3

Durante la década de 1930, producto de la crisis económica, muchos de los misioneros metodistas tuvieron que regresar a los Estados Unidos, por falta de recursos de la Iglesia para poderlos mantener en el país4; ello explica en parte el nombramiento de Patrocinia como pastora de Arica; pasando los pastores chilenos tener un rol más destacado en la Iglesia; siendo Pedro Zottele Clark, el mejor ejemplo de ello.

Haciendo de la acción social la herramienta principal de su trabajo evangelístico, Zottele, en el contexto de la miseria del barrio, se centró en los niños y jóvenes, logrando constituir en el transcurso de un año una Escuela Dominical a la que asistían alrededor de 450 niños; a los cuales atendían no solo con las lecciones bíblicas, sino también con alimentos, vestuario y el aseo personal. Todos estos niños y niñas provenían de los hogares de alrededor del templo, cuyas viviendas eran conventillos, que carecían de los más mínimos elementos de urbanización y salubridad.5

En virtud del hambre que arreciaba en el barrio, en el año 1931 Zottele se decidió a crear una cooperativa de consumos, a la cual llamaron “Restaurant Popular”; que vendía colaciones a 20 centavos, consistente en un plato de porotos, un pedazo de pan y un te; todos los días se atendía alrededor de setenta y cinco personas; y en las noches se daban charlas prácticas para enseñar a cocinar de manera barata, sobre la higiene de la vivienda y de relaciones familiares; noche por medio se enseñaba a leer a los adultos. Además instituyó una cooperativa de micro préstamos para las personas que querían emprender algún tipo de actividad empresarial.6

Zottele tejió una red de relaciones tanto al interior del metodismo, como fuera de él para lograr sus objetivos evangelizadores a partir de la acción social; su mano derecha fue su secretaria, María Aguirre, quien además se constituyó en líder de las mujeres metodistas y miembro de la Federación Chilena de Instituciones Femeninas (FECHIF), del cual fue su secretaria de asuntos internacionales, y fue candidata a regidora por el Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH) en el año 1938.7 Consiguió el apoyo institucional de su Iglesia, utilizando los recursos humanos, económicos e infraestructura de la Institución Sweet; además logró que el Fundo El Vergel de Angol lo provisión de alimentos y otros insumos, como carbón, para las cooperativas y mantención de su proyecto evangelizador; y fuera de la Iglesia, logró el apoyo de los medios de comunicación de masas, como los diarios La Hora, La Opinión y La Nación, además de la Radio Sudamericana; lo que le permitió dar a conocer su labor su mensaje del evangelio social a todo Santiago.8

Toda esta intensa labor de la Segunda Iglesia, llevó a que algunos cristianos con espíritu social se acercaran a ella, incluyendo miembros de la oligarquía, como fue el caso de Benjamín Subercaseaux Zañartu, quien colaboró con el trabajo educativo a los jóvenes, llegando a tener un grupo de ochenta muchachos en sus clases y creó un hogar de rehabilitación para expresidiarios en conexión con la Iglesia.9 También llegó una hija de diplomático, Eulalia Puga; pero también llegaron personas de la clase media, como artistas, médicos y políticos militantes del naciente Partido Socialista, e intelectuales como Amanda Labarca, el peruano Luis Alberto Sánchez y el Dr. Raúl Palacios.10

Es dentro de este contexto que el pastor Zottelle y otros varios laicos y pastores de la Iglesia Metodista Episcopal ingresan al Partido Socialista.

Zottete estuvo a cargo de la Segunda Iglesia hasta el año 1940, dejando una congregación activa, vigorosa, con más de trescientos miembros en plena comunión; siendo la construcción del nuevo templo inaugurado ese año, el hito final de su prolífica labor pastoral en el barrio Matadero.11

En el año 1945 es trasladado cómo pastor a la Primera Iglesia de Santiago, en donde estuvo hasta el año 1962. En esta Iglesia nuevamente muestra sus dotes de liderazgo visionario, logrando expandir la presencia de la Iglesia Metodista en los barrios populares de la zona sur y poniente de Santiago, logrando instaurar allí seis nuevas congregaciones.

Es en gran medida fruto a estas exitosas experiencias cómo pastor, administrador y visionario líder, que la Iglesia Metodista Episcopal lo elige Obispodel Área Pacífico de Sudamérica, más Costa Rica y Panamá. En este cargo estuvo hasta el año 1969.

Ese año, 1969, el Pastor Pedro Zottele es llamado a su jubilación, al mismo tiempo que la Iglesia Metodista Episcopal en Chile recibe su autonomía de la Iglesia de Estados Unidos, naciendo así la actual Iglesia Metodista de Chile.

El Obispo Pedro Zottele falleció a los 85 años, en su hogar de Santiago, dejando cómo herencia principal una Iglesia Metodista de Chile revitalizada y autónoma, todo ello en gran medida fruto de su labor pastoral y de liderazgo que transmitió nueva vitalidad a una Iglesia que había sufrido grandemente con el cisma Pentecostal del año 1909.

Escrito por: J. Ortíz Retamal

1 Ibídem., Pp. 9-41.
2 Ibídem, Pp. 41-42.
3Ibid., Pp. 67-91.
4 Ibídem., Pp. 92-93.
5 Ibíd., Pp. 68-70.
6 Ibíd., Pp. 72-74.
7 Snow F., 1996, Pp. 3-6; 1989, Pp. 98-99; Gaviola, Edda et all. Queremos votar en las próximas elecciones; Pp. 45-46,62.
8 Snow F. 1989, Pp. 72-78.
9 Ibíd.., Pág. 77
10 Ibíd. Pp. 84-86.
11 Ibíd. Pág. 100; tabla 15.
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